domingo, 26 de mayo de 2013

Porque es necesario proteger los páramos?



Los argumentos detrás de la conservación de la biodiversidad han venido evolucionando en el tiempo. Ante la pregunta ¿Que conservar? se han desarrollado un sinnúmero de argumentos y métodos de selección, que han dado reconocimiento a paisajes singulares (raros), gravemente amenazados por actividades antropogénicas o áreas con valor cultural, entre ellas las áreas importantes para culturas tradicionales y con contenido estético (turismo, contemplación de la naturaleza, entre otros). En los últimos cinco años se han hecho importantes desarrollos teóricos, metodológicos y tecnológicos para la identificación y priorización de ecosistemas altamente biodiversos de acuerdo con su composición en términos de especies y otros niveles de organización de la naturaleza, bajo el concepto de Planeación Sistemática de la Conservación.

Recientemente se le ha dado mayor relevancia a aquellas áreas que resultan importantes (e.g. funcionales) para la prestación de los servicios que provienen de los ecosistemas (servicios ecosistémicos) y que tienen una relación todavía más estrecha con el bienestar de la sociedad. En términos generales, estos servicios, entre los que se encuentra la regulación del agua y los eventos extremos asociados como son las inundaciones, el ciclado de nutrientes, la captura de carbono atmosférico, la fertilidad de los suelos, entre otros, difícilmente pueden ser sustituidos o mejorados en términos tecnológicos y económicos. 

Los ecosistemas de páramo contribuyen con la mayoría -si no todas- las funciones anteriores. Son espacios únicos en el planeta (solo cinco países en el continente americano poseen ecosistemas de páramo, al tiempo que en el continente africano se han documentado elementos florísticos similares). Estos ecosistemas han evolucionado bajo condiciones extremas. En función de los cambios climáticos globales (glaciación/deglaciación), los páramos se han ubicado en posiciones geográficas mucho más bajas que las actuales, incluso sobre los 2600msnm. De acuerdo con estudios palinológicos desarrollados entre otros investigadores por el profesor Thomas van der Hammen, la sabana de Bogotá estuvo cubierta por vegetación de páramo 2.5 millones de años atrás y según otras investigaciones, durante el último periodo glacial (70.000 años A.P.), los páramos pudieron presentarse de forma continua a lo largo de los ejes de las Cordilleras apenas interrumpidos por algunas depresiones de las mismas. Gracias a estos procesos, los páramos actualmente poseen vegetación, fauna, clima y suelos singulares frente al resto de los ecosistemas del planeta.
Por otra parte, los páramos juegan un papel fundamental en la prestación de servicios ecosistémicos a escala nacional. De acuerdo con datos del DANE e IDEAM, el 70% de la población colombiana se encuentra ubicada en los Andes sobre la cota de los 2700 msnm, lo cual permite asegurar que un altísimo porcentaje de la población colombiana depende de los ecosistemas de páramo para el suministro de agua para consumo y actividades agrícolas. 

El Páramo de Santurbán, identificado como parte del Complejo Jurisdicciones – Santurbán de acuerdo con el Atlas de Páramo de Colombia (2008), abarcando la zona alta (entre 3000 y 4300 msnm) de 20 municipios entre los que se destacan por su extensión dentro del Complejo, los municipios de Silos, Mutisca, Arboledas, Vetas y Cucutilla. Cuenta con una extensión de 83.000 Ha de las cuales sólo el 65% (53.800 Ha) se consideran aún en buen estado de conservación, según datos del Instituto Humboldt. Este complejo se encuentra en jurisdicción de dos autoridades ambientales regionales: La Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB), que tiene a su cargo el 26% del Complejo y la Corporación autónoma regional de la Frontera Nororiental (Corponor) con el 74% del mismo.

De acuerdo con información suministrada por dichas entidades, del agua captada en este complejo de ecosistemas, se abastecen los acueductos de más de 23 cabeceras municipales entre las que se encuentran las ciudades de Cúcuta, Bucaramanga y Pamplona entre otras, con una población total de 77.000 Habitantes. De acuerdo con lo anterior, se estima que este Complejo beneficia de forma directa a más de 1’700.000 habitantes, así como a un distrito de riego, una central termoeléctrica y por supuesto al sector agropecuario de la región.
De esta manera podemos afirmar que el Páramo de Santurbán está estrechamente relacionado a la economía regional de los Departamentos de Santander y Norte de Santander. Según el IDEAM, el complejo de Jurisdicciones-Santurbán podría definirse como una estrella fluvial, ya que pertenece a las áreas hidrográficas Caribe, Magdalena–Cauca y Orinoco (grandes cuencas hidrográficas), hace parte de las cuencas de los ríos Catatumbo, Medio Magdalena y Arauca, y específicamente de siete subzonas hidrográficas, especialmente las de los ríos Zulia, Lebrija y Chitagá.
A qué obedece la delimitación de los páramos?

La identificación y conservación de los páramos ha sido establecida en la legislación vigente, ya sea directa o indirectamente, reconociendo así su valor estratégico para el bienestar de la población. Desde la Constitucional Nacional hasta normas relativas al ordenamiento territorial, han mencionado el manejo de las áreas de especial importancia para garantizar el derecho de los ciudadanos a un ambiente sano. 

De allí se desprende la necesidad de regular las actividades productivas en los ecosistemas de páramos, en la medida que es deber del Estado, garantizar un medio ambiente sano conservando las áreas de especial importancia ecológica, garantizando la conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales e imponiéndole una función ecológica a la propiedad privada. 

En donde encontramos los límites geográficos de dichos ecosistemas? Los ecosistemas de páramos han despertado el interés de la academia principalmente desde la década de los 50’s, aunque su conocimiento científico se remonte a la Expedición Botánica. En este mismo sentido ha existido la preocupación de su mapeo en el conjunto de zonas de vida y ecosistemas del país con la publicación del mapa de zonas de vida de Holdrige (Espinal y Montenegro, 1962), partiendo de los trabajos de Cuatrecasas, Mora, Sturm, Cleef y Van der Hammen, así como con la amplias contribuciones del prof. O. Rangel (Instituto de Ciencias Naturales) y otros investigadores asociados en diversas publicaciones. Recientemente los páramos han sido identificados en mapas regionales de ecosistemas elaborados por el Instituto Alexander von Humboldt (2005) y la posterior publicación del Atlas de Páramos de Colombia (2008). 

No obstante, el término “Páramo”, al igual que otros términos relativos a ecosistemas ampliamente documentados en el país, no ha estado presente en las leyendas de los mapas oficiales publicados en los últimos años (ver por ejemplo el Mapa Nacional de Ecosistemas). Esto sin duda ha originado confusión en el sector ambiental y en aquellos sectores que deben tener referencias ciertas sobre diferentes ecosistemas nombrados en la legislación colombiana.

Pese a lo anterior, la expedición y aplicación de normas específicas (entre ellas las resoluciones 0769 de 2002 y 0839 de 2003) han generado la obligatoriedad de identificar y generar mapas de los páramos, especialmente por parte de las autoridades ambientales regionales y urbanas con el objetivo de establecer los Estudios de Estado Actual de los Páramos con sus respectivos Planes de Manejo Ambiental, así como la identificación de los determinantes ambientales para el ordenamiento territorial. El decreto 3600 de 2007, que determina las orientaciones para el ordenamiento del suelo rural, incluye a los páramos y subpáramos como áreas de especial importancia ecosistémica, junto con las rondas hídricas, humedales y otras áreas de especial interés.

Por su parte, la expedición de la reforma al Código Minero en el año 2009, actualmente en revisión, retomó la necesidad de identificar los ecosistemas de páramos toda vez que estableció que estos ecosistemas, entre otros serían excluidos de actividades mineras, de conformidad con información suministrada por el Instituto Alexander von Humboldt. 

Gracias a lo anterior, el Ministerio de Ambiente y Vivienda y el Instituto Alexander von Humboldt promovieron durante el 2009 y 2010, la realización de una serie de eventos dirigidos a estudiar y priorizar los criterios de delimitación de los páramos del país. En dichos eventos participaron más de 200 invitados representando a la academia, la sociedad civil e instituciones de orden regional y nacional. Allí se identificó la necesidad de considerar aspectos socioeconómicos a la par con criterios biofísicos para darle sentido a la delimitación y así no constituirse en fuente de conflicto por el uso del territorio. De acuerdo con lo anterior, la delimitación es ante todo una decisión de carácter político más que un ejercicio técnico-científico en sí mismo.